Un producto lo vende cualquiera. Es decir, cualquiera puede mostrarte las características de un producto o servicio, dimensiones, aspecto físico e incluso mostrarte cómo el producto ha sido usado con éxito por personas famosísimas y han tenido resultados.
Pero esa imagen en la mente del cliente coloca al producto en el centro, cuando en realidad el que quiere estar en el centro es él. De ahí viene el problema de vender el vehículo (tu producto o servicio) y no el destino (la solución).
La importancia de ofrecer al cliente la posibilidad de interactuar con el beneficio que le proporciona adquirir tu producto o servicio es invaluable. Demostrar cómo puedes ayudar a tu cliente con su problema es más efectivo que hacer una lista de todas las características de tu producto, incluido el precio.
¿Cómo determinar lo que tus clientes realmente quieren y necesitan?
Lo primero que debes hacer es definir bien tu público objetivo. Una vez que tienes muy claras las características de tu cliente ideal, el resto es mucho más fácil.
Puedes determinar en qué ambiente se desenvuelve, cuáles son sus miedos y objeciones, qué lo motiva por las mañanas, lo que le desagrada y muchos datos más. En ese conocimiento encuentras puntos de dolor que TÚ puedes solucionar.
El punto de dolor (el problema) es la verdadera razón de cualquier compra, por más banal que parezca. Tiene un concepto parecido al de la película Inception de Christopher Nolan; el dolor de tu cliente se encuentra escondido entre capas, pero al final es un problema de origen. Está relacionado con necesidades básicas del ser humano, como supervivencia, tiempo y sociabilización.
Visto de esta manera, es más fácil que percibas la humanidad detrás de tu cliente para ofrecerle soluciones reales y logres fidelización.
Los mejores vendedores son aquellos que conocen el punto de dolor de sus clientes mejor que ellos
Los mejores vendedores conocen soluciones a los problemas de sus clientes. Y no es cuestión de adivinar, se logra entendiendo muy bien tu buyer persona y el producto que quieres venderle. Especializarte en ambos.
De esta manera, puedes sustraer el producto de la ecuación y que el cliente mantenga su fidelidad. ¿Cómo es esto posible? Porque el cliente confía plenamente en ti y en que puedes encontrarle soluciones. Esto es el ideal porque tendrás a muchos seguidores dispuestos a comprar lo que les ofreces porque confían en ti.
¿Cómo hacer que tu negocio destaque por encima de la competencia?
El marketing digital te ayuda a conseguir esos potenciales clientes de forma constante, aportándoles verdadero valor. Con una buena estrategia puedes llegar a muchos clientes, para que descubran lo que tu producto o servicio puede hacer por ellos.
Y lo consigues visibilizándote en las redes sociales, en motores de búsqueda, anuncios; en fin, en la web.
¿Qué haces tú para ayudar a tu cliente? Si aún no lo tienes completamente definido, te ayudamos. ¡Escríbenos!
Y recuerda siempre vender la solución, no el producto.